La vanguardia de los aerogeneradores contrasta de manera notable con las ocultas grutas que se encuentran disimuladas en los valles de la Rivera de Cañedo. Estas cuevas, esculpidas en arenisca de grano grueso, sirvieron como refugio para los ascetas del siglo IV, creando un fascinante contraste temporal en la región.
Destaca una fuente de piedra que remonta sus orígenes a la época medieval. Según las historias locales, esta fuente mantenía una conexión con lo que solía ser la joya del pueblo hasta mediados del siglo pasado: el Palacio de la Encomienda, cuyas ruinas son lo único que perdura. La modesta iglesia de piedra, consagrada a Nuestra Señora de la Asunción, destaca por su retablo recientemente restaurado y una imagen de la Virgen de la Soledad que participa en la procesión de Semana Santa.
Entre los extensos campos de encinas, alcornoques, robles y quejigos, serpentean diversos senderos locales que forman parte de la conocida Red de Caminos de Zamayón.
En cuanto a las festividades, los lugareños celebran las fiestas locales los días 13 y 14 de junio en honor a San Antonio de Padua.