Destaca la Iglesia de los Santos Cornelio y Cipriano, construida en el siglo XVI y fusionando los estilos gótico y renacentista. En 1993, fue reconocida como Bien de Interés Cultural y forma parte de la Ruta de las Catedrales de la Armuña, junto a las de Palencia de Negrilla y Villares de la Reina. Alberga elementos notables como el artesonado ochavado, la talla del Cristo de Sordos y un retablo de la segunda mitad del siglo XVIII, recientemente restaurado.
El paisaje circundante se caracteriza por extensas áreas de cultivo y pastizales, con las típicas ondulaciones del terreno de la zona. Alrededor de arroyos y charcas, se pueden avistar especies como cigüeñas blancas, conejos y fochas.
Las festividades en honor a San Cornelio y San Cipriano se celebran el 16 y 17 de septiembre, aunque en la actualidad se han trasladado al último fin de semana de agosto.