Forma parte del entorno natural protegido del Rebollar, situado en la parte septentrional de esa sierra, lo que lo convierte en un lugar inmerso en un entorno de gran belleza paisajística. En este contexto, se pueden encontrar áreas para la observación de aves, senderos para realizar excursiones y recolección de setas (cada otoño se llevan a cabo jornadas micológicas). Asimismo, al igual que en otras localidades vecinas, en Villasrubias se habla un dialecto propio, una variante del asturleonés.
La localidad se destaca por su abundancia de recursos fluviales, así como por los vestigios dispersos de varios molinos, así como sus numerosos pozos y puentes. En 2015, se acondicionó una piscina natural en el curso del río Frío, convirtiéndose en uno de los principales atractivos del pueblo.
La Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol fue sometida a reformas en la década de 1980, conservando escasos elementos originales, a excepción de la torre.
Las festividades se celebran los días 25 y 26 de agosto en honor a San Ceferino.